Diagnóstico:

Las fracturas pueden ocurrir en varias partes del hombro, acompañándose con síntomas típicos que van a incluir desde dolor intenso repentino, pérdida de movilidad, inflamación, entumecimiento, hematomas y sensibilidad a la palpación. Las siguientes son las áreas del hombro que es más común que se fracturen, y que además son tratadas por nosotros en Genesis Orthopaedics & Sports Medicine:

Clavícula -- La clavícula une el brazo al cuerpo. Por lo general, las fracturas de la clavícula ocurren en su parte central y no en sus puntos externos de conexión, como resultado de un golpe directo o una caída. Genesis Orthopaedics & Sports Medicine en general recomienda un tratamiento de tipo conservador para las fracturas claviculares, que a menudo incluyen el uso de un cabestrillo para el hombro o una correa para la clavícula.

Extremo proximal del húmero -- El húmero proximal, que vendría siendo la cabeza del húmero donde se conecta con la escápula, es un hueso que se fractura con cierta frecuencia entre las personas de la tercera edad, particularmente en aquellas con diagnóstico de osteoporosis. Si bien las fracturas del húmero proximal pueden ser insoportablemente dolorosas, generalmente pueden ser tratadas sin cirugía, a menos que los fragmentos óseos se hayan desplazado.

Dependiendo de múltiples factores, en los cuales se incluye la gravedad de la fractura, la edad del paciente, el dominio de la muñeca y/o la mano afectada, y si la fractura fue influenciada o no por factores internos como sería la osteoartritis, en Genesis Orthopaedics & Sports Medicine le podemos recomendar diferentes opciones para tratar estas lesiones.

Escápula -- La escápula, conocida también como omóplato, se fractura con menos frecuencia que otros huesos del hombro, y este tipo de fractura por lo general va a requerir de una fuerza de alta velocidad, como sería la resultante de una colisión en un vehículo motorizado. Las fracturas escapulares pueden ocurrir en la cabeza de la escápula, el cuello, la cavidad glenoidea, el acromion o la apófisis coracoides del hueso y normalmente se tratan con inmovilización con cabestrillo, seguido de terapia física para mejorar su rango de movimiento.